Del caos al equilibrio
A veces en la vida parece que todo se derrumba, nada avanza, todo cae, nada florece, sientes morir aquello que amabas... sientes miedo, tristeza, asco, rabia u odio. Identifica bien estas emociones, ¿cuál sientes con más intensidad? ¿En que parte de tu cuerpo? ¿Como es aquello que sientes? ¿Hay otra emoción detrás de esta primera, una emoción que ha sido reprimida? Permítete sentir eso que sientes, describelo de la forma más objetiva posible, por ejemplo: siento dolor en el pecho, no me apetece contestar al teléfono, lloro sin cesar, rompería toda la vajilla haciéndola estallar contra el suelo, se me revuelve el estómago.
No te justifiques ni justifiques a los demás, sólo observa que sientes y permitete sentirlo. En la medida que puedas y no vayas a hacerte daño ni a ti ni a los demás, expresa lo que te pasa, encuentra una forma de exteriorizarlo, a solas o en compañía. Llora, grita, puede que te permitas romper alguna cosa (recuerda no hacerte daño, tampoco a otra persona o animal) puede que escribas, que salgas a correr, que pintes o cocines, da igual, pero no lo hagas para distraerte, hazlo para liberarte.
Busca un recuerdo con aquél valor que necesitas AHORA, igual es valentía, sentirte amad@, fuerza, alegría.... da igual, busca un recuerdo de cuándo te sentiste así o imagina como sería estar así. Visualizalo con todo lujo de detalles, visualiza que sucede ahí, escucha los sonidos que te evoca y observa como te sientes. Intensifica con respiraciones profundas este sentimiento tan valioso para ti en este momento, grábalo en tu ADN, sólo pide a tus células que lo hagan, ellas ya saben cómo. Y con esa sensación en tu cuerpo vuelve a recordar el motivo de tu malestar. Puede que algo haya cambiado, puede que encuentres la solución o la respuesta que buscabas.
Elévate siempre que lo necesites, encuentra tu equilibrio. El poder está solamente en ti, no importa el caos que te rodee.
Si quieres que te acompañe, consulta presencial o por videoconferencia, escríbeme aquiyahoramarina@gmail.com
No te justifiques ni justifiques a los demás, sólo observa que sientes y permitete sentirlo. En la medida que puedas y no vayas a hacerte daño ni a ti ni a los demás, expresa lo que te pasa, encuentra una forma de exteriorizarlo, a solas o en compañía. Llora, grita, puede que te permitas romper alguna cosa (recuerda no hacerte daño, tampoco a otra persona o animal) puede que escribas, que salgas a correr, que pintes o cocines, da igual, pero no lo hagas para distraerte, hazlo para liberarte.
Ante el dolor, encuentra un recurso. ¿Qué necesitas ahora?
Busca un recuerdo con aquél valor que necesitas AHORA, igual es valentía, sentirte amad@, fuerza, alegría.... da igual, busca un recuerdo de cuándo te sentiste así o imagina como sería estar así. Visualizalo con todo lujo de detalles, visualiza que sucede ahí, escucha los sonidos que te evoca y observa como te sientes. Intensifica con respiraciones profundas este sentimiento tan valioso para ti en este momento, grábalo en tu ADN, sólo pide a tus células que lo hagan, ellas ya saben cómo. Y con esa sensación en tu cuerpo vuelve a recordar el motivo de tu malestar. Puede que algo haya cambiado, puede que encuentres la solución o la respuesta que buscabas.
Elévate siempre que lo necesites, encuentra tu equilibrio. El poder está solamente en ti, no importa el caos que te rodee.
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